Hay una serie de obligaciones que deberías conocer antes de encargar un transporte de mercancías. En este artículo explicamos qué hay que tener en cuenta a la hora de encargar el transporte de una mercancía e indicamos las razones por las cuales el expedidor puede ser considerado responsable de una mala ejecución del contrato de transporte.
En primer lugar, recuerda embalar la mercancía adecuadamente. Esto es de particular importancia en el caso del transporte de mercancías peligrosas o aquellas que reaccionan fácilmente al contacto con otros productos. Si la mercancía, debido a sus propiedades, es susceptible de perderse o dañarse por causa de un embalaje inadecuado (por ejemplo, colchones embalados en lámina blanda, transportados junto con elementos cortantes; o un embalaje demasiado grande con respecto a la mercancía, lo que no proporciona una protección adecuada), el transportista estará exento de responsabilidad en caso de que se produzca cualquiera de las situaciones mencionadas (es decir, la pérdida o el daño de la mercancía).
En segundo lugar, asegura la correcta identificación de la mercancía con marcas y números, esto es, el etiquetado del envío. Si bien es cierto que el transportista está obligado a comprobar la exactitud de los datos que figuran en la carta de porte, incluyendo las marcas y los números de las mercancías, puede evitar la responsabilidad por cualquier daño o pérdida de la mercancía, si demuestra al expedidor que las marcas o los números son insuficientes o erróneos.
En tercer lugar, recuerda indicar al transportista en las condiciones del contrato con qué medio de transporte deben transportarse las mercancías. Es obligación del expedidor determinar el tipo de vehículo utilizado para la realización del objeto del contrato de transporte. Especifica con precisión la temperatura requerida o la humedad del aire, si las características de las mercancías transportadas requieren condiciones especiales.
Por último, cabe señalar que el expedidor tiene la obligación de adjuntar a la carta de porte o de entregar al transportista todos los documentos necesarios, y de proporcionar a este último la información necesaria (por ejemplo, para el despacho de aduanas o relativa a las precauciones para el transporte de mercancías peligrosas). Como expedidor, atiende a esta obligación con especial cuidado, ya que, de lo contrario, podrás incurrir en responsabilidad por los daños resultantes de la ausencia o del carácter insuficiente o incorrecto de los documentos e información.